JAVIER URQUIJO

Patricia H. Azcárate o la interrelación

ENSAYO GENERAL PARA UN TERRITORIO SACRO

Galeria Lumbreras / Bilbao / Hasta el 30 de enero

BILBAO.— El tiempo religioso está bien definido en la obra de Patricia Hernández de Azcárate, o sea, ese espacio que ella llama Vapor de los silencios y que es un reducto donde permanecen aislados o se ordenan y comprimen imagenes combinadas, surgidas por generación instintiva tanto del recuerdo naturalista como de la definición del espacio.

El trabajo que aqui nos muestra la pintora madrilena tiene dos vertientes bien definidas en lo físico. La primera alcanza sutiles cotas de precisión fragmentaria gracias a la utilización de soportes cerámicos, limitados en serie por su geometría rectangular y que dividen a partes iguales el soporte.

La segunda, más abierta al juego gestual o al tachista —depende—, utiliza campos menos sintéticos que ayudan a redactar un discurso posiblemente más convencional, aunque ninguna de las dos fórmulas tengan esa condición, sino evidente personalidad.

Pero, en este trabajo es muy importante hacer notar la buena cocina usada. Las tintas chinas —base expresiva y argumental del discurso—, flotan sobre finos papeles que luego son encolados

Una de las obras de Patricia H. Azcárate expuestas en la Galeria Lumbreras de Bilbao.

Sobre el soporte rigido. La tamización que de la mancha hace el papel -técnica oriental— cumple la labor de agente atmosférico, de filtro que otorga la condition de imprecisa a la mancha, pasando a ser gris desde su origen negro.

Así: amanece un lenguaje pictórico que no se resiste al juego espacial, constructivista, al mismo tiempo que recuerda las viejas expresio­nes de las no menos ancianas vanguardias.Interesante juego de instancias situadas en diferentes pianos en el tiempo. Comunión de belleza, equilibrio y sentido estético. Valoración: desde 70.000 hasta 470.000 pesetas.